1.Breve descripción del problema:
En los últimos años, se hace patente en todas las cárceles españolas un aumento de la población reclusa femenina. Los motivos de este crecimiento son complejos, pero no nos pasa inadvertido el hecho de que nuestro sistema penitenciario no está preparado para este proceso de feminización de la población reclusa, lo que ha derivado en una discriminación de las mujeres y de sus hijos, tanto en el plano de las políticas penitenciarias que se les aplican, como en el de los centros en los que son recluidas.
Es evidente que la realidad social de las mujeres es bien distinta a la de los hombres, por lo que necesitan una especificidad en el tratamiento que se les proporciona dentro de una prisión, sobre todo en el caso de aquellas que son madres. Además, es necesario señalar que son pocas las mujeres que se encuentran recluidas en centros penitenciarios apropiados para ellas. La gran mayoría lo están en departamentos de mujeres en centros pensados y construidos para hombres o, lo que aun es peor, en cárceles de hombres que han tenido que adaptar parte del edificio para incluir también a mujeres. Este hecho, además, origina, debido a que la población mayoritaria de los Centros Penitenciario es masculina, que la gran parte de recursos y actividades se destine a los hombres, mientras que las mujeres quedan relegadas a un segundo plano, o excluidas de programas terapéuticos y de alfabetización digital.
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